

La presidenta Claudia Sheinbaum presentó este lunes los lineamientos del nuevo plan de expansión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que marca una fase decisiva en la estrategia energética nacional. Con un enfoque dual —soberanía energética y transición hacia energías más limpias—, el proyecto incluye la construcción de nuevas plantas de ciclo combinado, inversiones estratégicas y continuidad en los esquemas financieros implementados en años recientes.
Desde Palacio Nacional, Sheinbaum sostuvo que este plan permitirá fortalecer la capacidad operativa de la CFE y consolidar su papel como eje del sistema eléctrico nacional. “Vamos a seguir fortaleciendo la soberanía energética del país, pero también avanzamos en nuestros compromisos climáticos”, afirmó. Bajo este nuevo marco, el Estado no solo mantiene el control del sistema eléctrico, sino que refuerza su capacidad de respuesta ante el crecimiento de la demanda industrial y residencial.
Uno de los elementos centrales del anuncio fue la confirmación de cuatro nuevas plantas de ciclo combinado que operarán con gas natural y cuya construcción comenzará en 2026. Estas centrales se suman al bloque de proyectos que forman parte de la expansión pública de generación, impulsando la cobertura nacional y aumentando la disponibilidad de energía firme, indispensable para garantizar estabilidad en el sistema, especialmente ante el incremento de intermitencia derivado de fuentes renovables.
Sheinbaum recordó que la compra de 13 plantas a Iberdrola durante el sexenio anterior, financiada mediante un esquema estructurado con Banobras, sentó las bases para el fortalecimiento patrimonial de la CFE. “Con ese mecanismo se van a construir otras, y lo que estamos anunciando es que el próximo año van a iniciar la construcción de estas plantas”, puntualizó. El modelo, basado en inversión pública respaldada por banca de desarrollo, permite acelerar la infraestructura sin comprometer el control estatal sobre los activos estratégicos.
La mandataria enmarcó este esfuerzo dentro del nuevo marco legal del sector eléctrico, que redefine las reglas del mercado y otorga un papel prioritario a la CFE en el despacho y desarrollo de nuevas capacidades. Bajo este modelo, el Estado se reserva la dirección del sistema eléctrico, mientras se abre espacio limitado para participación privada bajo condiciones reguladas.
La presentación del plan de expansión llega en un momento clave, con el fenómeno del nearshoring generando presiones sobre la red eléctrica nacional y con una demanda energética en ascenso, especialmente en regiones fronterizas e industriales. Las nuevas inversiones buscan anticiparse a estos retos, garantizando un suministro estable, competitivo y con menor huella ambiental.
Con esta hoja de ruta, la administración federal reafirma su apuesta por un modelo energético centrado en el Estado, pero adaptado a las exigencias de la transición climática y de la reconfiguración económica global. El fortalecimiento de la CFE no es solo una política sectorial, sino un componente estructural de la visión de soberanía energética con responsabilidad ambiental que Sheinbaum ha delineado como eje de su gobierno.










