La presidenta Claudia Sheinbaum delineó este lunes los límites y condiciones de la cooperación bilateral en materia de seguridad con Estados Unidos, enfatizando que no se permitirá la instalación de plataformas operativas permanentes de agencias estadounidenses en territorio mexicano. La mandataria subrayó que la colaboración entre ambos países se mantiene bajo un esquema de intercambio de información, coordinación institucional y respeto a la soberanía nacional.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum abordó los acuerdos alcanzados en la reciente reunión bilateral de seguridad, aclarando que si bien existe una conexión operativa continua entre ambas naciones, esta no implica presencia física o infraestructura estadounidense en México. “Es una conexión de manera permanente, es intercambio de información, no es que ellos vayan a tener plataformas aquí en México”, puntualizó.
La presidenta explicó que la cooperación opera a través de canales formales y protocolos establecidos, bajo la conducción de dependencias del Estado mexicano como la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar). En ese marco, reconoció que en casos excepcionales —y conforme a las necesidades operativas del país— el gobierno mexicano puede solicitar apoyo técnico o especializado, particularmente en tecnologías o capacidades que no se tienen disponibles de forma local.
“Hay momentos en que se puede solicitar… y se ha solicitado en distintos momentos en la historia reciente del país”, recordó Sheinbaum, al referirse a prácticas institucionalizadas que han sido utilizadas también durante la administración anterior. Esta precisión busca evitar interpretaciones erróneas sobre una supuesta cesión de control o sobre la presencia operativa directa de Estados Unidos en tareas de seguridad en México.
El mensaje llega en un momento de alta sensibilidad sobre la relación bilateral en temas de seguridad, marcado por la presión estadounidense en asuntos como el tráfico de armas, el combate al crimen organizado trasnacional y el control de precursores químicos. Frente a ese contexto, la presidenta reafirmó el principio de soberanía como eje rector de la política de seguridad nacional, sin desconocer la necesidad de colaboración estratégica ante amenazas compartidas.
Con estas declaraciones, Sheinbaum busca trazar una línea clara entre cooperación y subordinación, reforzando la narrativa de una relación simétrica, basada en respeto mutuo y objetivos comunes, pero sin permitir injerencias operativas que comprometan la autonomía institucional del país. La precisión sobre los límites de la cooperación no solo responde a inquietudes internas, sino también a una exigencia de claridad frente a la opinión pública y a sectores críticos que históricamente han advertido sobre los riesgos de una intervención encubierta en nombre de la seguridad regional.
Te puede interesar
Lo más visto
