El Partido de la Revolución Democrática (PRD), fundado en mayo de 1989 por figuras prominentes como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, perdió su registro como partido político tras no alcanzar el umbral del 3% de los votos requerido por la Constitución mexicana.

En las elecciones presidenciales del 2 de junio, el PRD obtuvo solo el 1.86% de la votación total, equivalente a un millón 121,007 votos, según el 100% de los cómputos distritales. Este resultado está muy por debajo del mínimo constitucional necesario para mantener el registro como partido político.

De acuerdo con el artículo 41 de la Constitución: "El partido político nacional que no obtenga, al menos, el 3% del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro".

El partido tampoco logró alcanzar el 3% de los votos en las elecciones para senadurías y diputaciones, obteniendo solo el 2.13% y el 2.45% de los votos, respectivamente.

Esta situación marca el fin de una era para el PRD, un partido que en su apogeo fue una de las principales fuerzas políticas de México y jugó un papel crucial en la transición democrática del país. Además, fue el partido donde Andrés Manuel López Obrador, el actual presidente de México, militó antes de fundar el partido Morena.

El INE será el encargado de formalizar la pérdida de registro del PRD y de supervisar el proceso de liquidación de sus activos y pasivos. Con la salida del PRD del escenario político nacional, se abre un nuevo capítulo en la política mexicana, donde las fuerzas emergentes y los partidos tradicionales seguirán redefiniendo el paisaje electoral del país.