Hugo Aguilar Ortiz, primer presidente indígena de la Suprema Corte tras histórica elección popular

Nacional05 de junio de 2025 Por BP Staff
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Hugo Aguilar Ortiz ha sido confirmado como el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), luego de concluir el cómputo oficial de la inédita jornada electoral que definió, por primera vez vía voto popular, la integración del máximo tribunal del país. Con seis millones 195 mil 612 votos, equivalentes al 5.3 % del total emitido, Aguilar Ortiz encabezará a partir de septiembre la conducción del Poder Judicial Federal.

El resultado de esta elección, en la que Aguilar superó a figuras como Lenia Batres —quien obtuvo un 4.9 %—, marca un parteaguas en la historia jurídica nacional: por primera vez un jurista de origen indígena asumirá la presidencia de la SCJN, tradicionalmente ocupada por perfiles formados en las grandes capitales del país o en universidades del extranjero.

Nacido en 1973 en Villa de Guadalupe, una pequeña comunidad mixteca de Oaxaca con menos de 700 habitantes, Hugo Aguilar construyó su trayectoria desde el ámbito local. Su vocación por el derecho surgió en el bachillerato, cuando conoció el trabajo de defensa de presos indígenas sin acceso a traductores ni a una representación adecuada en el sistema judicial. Posteriormente, cursó sus estudios de licenciatura y maestría en derecho en instituciones de su propio estado, una trayectoria que contrasta con los perfiles habituales en la cúpula judicial mexicana.

De confirmarse su triunfo —tras la validación final por parte del INE y el proceso de integración del nuevo Pleno—, Aguilar Ortiz se convertirá en el segundo oaxaqueño en presidir la Suprema Corte, después de Benito Juárez en el siglo XIX. Además de este carácter simbólico, su elección representa una transformación sustantiva: la llegada a la presidencia de un perfil con un enfoque explícito en los derechos de los pueblos originarios y en la necesidad de construir un sistema de justicia más accesible.

En su reciente discurso, Aguilar ha subrayado que “el sistema de justicia no ha existido para los pueblos indígenas”, delineando así un eje temático que podría marcar su gestión: ampliar el acceso a la justicia, fortalecer la defensa de los derechos humanos y promover una perspectiva intercultural en los fallos del tribunal.

La SCJN, como órgano de control constitucional, juega un papel esencial en la arquitectura institucional del país: vigila que las leyes y los actos de las autoridades se apeguen a la Constitución, resuelve controversias entre poderes y entre órdenes de gobierno, y establece criterios vinculantes para el resto de los tribunales mediante su actividad jurisprudencial.

La llegada de Aguilar Ortiz se inscribe en el marco de una reforma profunda al Poder Judicial, impulsada por el gobierno actual y respaldada en las urnas en la reciente elección. No obstante, el proceso ha generado también escepticismo entre ciertos sectores académicos y judiciales, que señalan riesgos de politización.

En este contexto, el nuevo presidente de la SCJN enfrenta el reto de demostrar independencia, profesionalismo y capacidad para liderar una transformación que mantenga el equilibrio entre cercanía al pueblo y respeto a la autonomía judicial. Como enfatizó recientemente la presidenta Claudia Sheinbaum, los nuevos ministros deben ser ejemplo de honestidad, austeridad y verdadera impartición de justicia.

Con la atención nacional e internacional puesta sobre el proceso, la etapa que ahora inicia para el Poder Judicial mexicano será observada con especial escrutinio. El desempeño de Hugo Aguilar Ortiz al frente de la Corte definirá no solo el rumbo inmediato del máximo tribunal, sino también la credibilidad de esta histórica reforma democrática.

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