La presidenta Claudia Sheinbaum calificó como “cordial y productiva” la reunión sostenida este miércoles con Christopher Landau, subsecretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, destacando que el objetivo central del encuentro fue reforzar los vínculos bilaterales en un contexto de alta sensibilidad por los operativos migratorios en curso en varias ciudades de ese país, especialmente en Los Ángeles.

Desde el Salón Tesorería de Palacio Nacional, la mandataria explicó que el diálogo se dio en tono respetuoso y estuvo centrado en los temas prioritarios de la agenda México–Estados Unidos: seguridad, migración y derechos humanos, con énfasis en la protección de los migrantes mexicanos.

“No estamos de acuerdo con que se utilicen redadas para detener a personas que trabajan honestamente. Eso daña a las familias y a la economía de Estados Unidos”, afirmó Sheinbaum, al detallar que expuso con claridad su postura ante Landau sobre las consecuencias humanas y económicas de las redadas recientes del ICE.

La mandataria también desmintió categóricamente que el gobierno estadounidense haya solicitado a México investigar a políticos nacionales, como sugirió una nota publicada por la agencia Reuters durante el desarrollo de la reunión. Calificó la información como “absolutamente falsa” y cuestionó su origen y difusión, reiterando que el encuentro con Landau fue de cortesía diplomática, sin exigencias ni condiciones.

“No pidieron nada. Fue una visita de cortesía y nosotros siempre con respeto, pero con firmeza en la defensa de los mexicanos en Estados Unidos”, puntualizó.

Durante la reunión, que se prolongó por cerca de dos horas, también se abordaron avances en seguridad pública y cooperación fronteriza, en un marco de colaboración técnica entre ambas naciones. La presidenta señaló que estas conversaciones buscan preparar el terreno para una eventual visita del secretario de Estado, Marco Rubio, aunque precisó que aún no existe una fecha confirmada.

El subsecretario Landau, exembajador en México durante la administración Trump, inició en el país su primera gira internacional en el nuevo cargo, la cual incluirá también escalas en El Salvador y Guatemala, en una clara señal del enfoque regional de la nueva estrategia estadounidense para Centroamérica y México.

En un momento en que sectores del Partido Republicano intensifican sus ataques retóricos contra el gobierno mexicano —acusando a la presidenta de alentar protestas—, el encuentro con Landau representó una oportunidad para despresurizar el vínculo bilateral y encauzarlo hacia una cooperación funcional, basada en el respeto mutuo.

La posición de Sheinbaum se sostiene en una premisa clave: la defensa activa de los migrantes no es un acto de confrontación, sino una obligación ética del Estado mexicano, que, además, coincide con el interés económico compartido por ambas naciones. A medida que se acerca la cumbre del G7 y una posible reunión con el presidente Donald Trump, este tipo de encuentros cobra relevancia para definir el tono de la relación México–Estados Unidos en un nuevo ciclo diplomático.