Netanyahu celebra bombardeo de Trump a Irán: “Primero viene la fuerza, luego la paz”

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó este sábado su respaldo absoluto al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras los bombardeos estadounidenses contra tres instalaciones nucleares iraníes. En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X, Netanyahu calificó la ofensiva como una “audaz decisión” y afirmó que “la paz se logra con la fuerza”, en clara alusión al principio que ha guiado su política de seguridad regional.
“Primero viene la fuerza, luego la paz. Esta noche, Donald Trump y Estados Unidos actuaron con mucha fuerza”, expresó el líder israelí en un video pregrabado. Las declaraciones se produjeron pocas horas después de que Trump confirmara desde la Casa Blanca que la operación, realizada la noche del sábado 21 de junio, había sido completada “con gran éxito”. Los blancos incluyeron las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán, consideradas pilares del programa nuclear iraní.
Netanyahu sostuvo que esta acción “cambiará para siempre la historia del mundo” y calificó el ataque como “insuperable”, al señalar que ningún otro país en el planeta podría haber ejecutado una operación de tal magnitud con igual precisión. Agradeció personalmente al mandatario estadounidense y elevó el acto a una dimensión ideológica: “Presidente Trump, la gente de Israel le agradece, las fuerzas de la civilización le agradecen”.
El primer ministro también elogió la coordinación con el Ejército israelí, destacando la operación León Naciente como parte del esfuerzo conjunto para “erradicar la amenaza iraní”. Enfatizó que este liderazgo permitirá a Medio Oriente —y más allá— avanzar hacia “un futuro de paz y prosperidad”.
Trump, por su parte, utilizó su comparecencia ante la nación para advertir que “habrá paz o una tragedia para Irán mucho mayor que la que hemos presenciado en los últimos ocho días”. Acompañado por el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth, reiteró que Estados Unidos tiene identificados más objetivos, y que la mayoría de ellos podrían ser neutralizados “en cuestión de minutos” si no se logra un acuerdo.
La ofensiva representa una inflexión no solo militar, sino diplomática, al establecer una alianza operativa directa entre Tel Aviv y Washington con escasa mediación multilateral. Las Naciones Unidas no fueron consultadas, y el ataque se llevó a cabo sin aval del Consejo de Seguridad, en una muestra del giro hacia la acción unilateral como estrategia dominante.
Mientras Irán evalúa su respuesta y el mundo observa con tensión los próximos pasos, la narrativa que emerge desde los liderazgos estadounidense e israelí es clara: la disuasión ha vuelto a ocupar el centro del tablero, y el poder militar se presenta, una vez más, como la vía preferida hacia una paz que, por ahora, permanece en suspenso.