Lula responde con firmeza a amenazas arancelarias de Trump: "Nadie pone las manos en Brasil"

Mundo25/07/2025BP StaffBP Staff
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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, envió un mensaje contundente a su homólogo estadounidense, Donald Trump, tras las amenazas arancelarias del 50 % anunciadas por Washington en represalia por el juicio contra Jair Bolsonaro. Desde el estado de Minas Gerais, Lula subrayó que Brasil no aceptará presiones externas ni condicionamientos políticos sobre su sistema judicial, defendiendo la soberanía nacional frente a lo que calificó como una "actitud imperial" del mandatario estadounidense.

“Trump debe saber que nadie pone las manos en Brasil”, dijo Lula, al tiempo que criticó duramente la injerencia del expresidente estadounidense en asuntos internos brasileños. Denunció que la administración estadounidense ha ignorado varias cartas formales enviadas por su gobierno en busca de diálogo sobre la relación comercial, la cual —recordó— ha favorecido históricamente a Estados Unidos con un superávit constante.

En una declaración cargada de simbolismo político, Lula reclamó respeto para el pueblo brasileño y tildó de “vergüenza” las gestiones realizadas en Washington por el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, a quien acusó de buscar sanciones contra Brasil a cambio de salvar a su padre del proceso judicial por intento de golpe de Estado.

“El tipo intentó dar un golpe y luego huyó como una rata. Y ahora manda a su hijo a pedirle a Trump que intervenga en Brasil”, ironizó Lula, quien defendió el principio de independencia de poderes. Subrayó que cualquier decisión sobre la culpabilidad de Bolsonaro será responsabilidad exclusiva de la Corte Suprema y no objeto de presiones externas.

El impacto económico del anuncio de Trump ya ha generado reacciones en el sector privado brasileño. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) solicitó al Ejecutivo la implementación urgente de medidas de protección similares a las adoptadas durante la pandemia de COVID-19. Entre ellas se contemplan créditos blandos, flexibilización laboral temporal y apoyo cambiario para las empresas más expuestas a las exportaciones hacia el mercado estadounidense, como los sectores maderero y aeronáutico.

El presidente de la CNI, Ricardo Alban, señaló que el arancel del 50 % podría tener un impacto más severo que la propia pandemia para ciertas industrias exportadoras. Aunque reconoció que será difícil evitar su entrada en vigor el próximo 1 de agosto, pidió un aplazamiento de al menos 90 días para abrir un espacio de negociación.

A pesar del tono firme del Ejecutivo, la patronal ha instado a evitar una respuesta arancelaria recíproca, advirtiendo que eso podría implicar un doble perjuicio para la industria brasileña, especialmente en sectores que dependen de insumos o productos fabricados en EE.UU., como el sistema de salud pública.

Actualmente, EE.UU. es el tercer socio comercial de Brasil y representa el destino de aproximadamente el 12 % de sus exportaciones. Más de 3.600 empresas estadounidenses operan en el país sudamericano, abarcando industrias estratégicas como la automotriz, farmacéutica y de energías renovables.

El cruce de declaraciones entre ambos gobiernos tensiona aún más un contexto internacional ya marcado por políticas proteccionistas, presiones diplomáticas y un calendario electoral que condiciona las estrategias comerciales de las principales economías del continente. En este tablero, Brasil se prepara para resistir, afirmando su independencia institucional y su derecho a defender la democracia sin injerencias externas.

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