

El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó su proyección de crecimiento económico mundial para 2025 a 3.2%, dos décimas más que en su estimación anterior, impulsado por un menor impacto de la guerra arancelaria y el avance de la inversión en nuevas tecnologías, especialmente en inteligencia artificial, según su nuevo informe de Perspectivas Económicas Mundiales (WEO).
El economista jefe del organismo, Pierre-Olivier Gourinchas, señaló que, aunque el crecimiento global muestra estabilidad, aún persiste cierta fragilidad. “La buena noticia es que el impacto de la guerra comercial es modesto por el momento”, afirmó.
El FMI prevé que, tras crecer 3.3% en 2024, la economía mundial mantenga un ritmo de expansión de 3.2% en 2025 y 3.1% en 2026, cifra que coincide con la estimación del informe anterior publicado en julio.
En cuanto a las principales economías, el organismo mejoró una décima la previsión de crecimiento para Estados Unidos, que alcanzará 2% en 2025 y 2.1% en 2026, mientras que para China mantiene su estimación en 4.8% y 4.2%, respectivamente.
Para la zona euro, el FMI ajustó al alza su expectativa en dos décimas, hasta 1.2% en 2025, impulsada principalmente por España, cuya proyección de crecimiento subió a 2.9%.
El informe destaca que las negociaciones comerciales impulsadas tras los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump han reducido el impacto negativo previsto sobre los flujos económicos globales. Sin embargo, advierte que “la incertidumbre en política comercial sigue siendo elevada” y que la falta de acuerdos claros podría afectar precios, inversión y consumo.
El FMI también subrayó la resistencia de la actividad económica global, favorecida por políticas monetarias flexibles, la adaptación del sector privado, cierta relajación de los aranceles y el auge de la inversión tecnológica. De hecho, estima que los beneficios derivados de la inteligencia artificial podrían incrementar el PIB mundial en 0.3 puntos porcentuales para 2026, con un impacto más notable en Estados Unidos y China.
No obstante, el organismo alertó que, si las expectativas de productividad asociadas a la IA no se concretan, podría registrarse una caída en la inversión agregada, afectando el dinamismo económico reciente.
“El crecimiento mundial no es tan malo como se temía, pero sí peor de lo anticipado hace un año”, concluye el reporte.