El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha emitido una advertencia contundente sobre el estado actual del mundo, al describirlo como una "era del caos". Durante su presentación ante la Asamblea General, Guterres delineó sus prioridades de trabajo para el año 2024, destacando una serie de desafíos globales urgentes.

Guterres caracterizó el panorama mundial como una "peligrosa e impredecible ley de la selva", marcada por la total impunidad y una serie de amenazas que incluyen una crisis climática desbocada, la falta de regulación en el desarrollo de la inteligencia artificial, instituciones internacionales no representativas y crecientes desigualdades.

En particular, el secretario general hizo hincapié en dos urgencias cruciales: la necesidad de reformar el Consejo de Seguridad de la ONU, que enfrenta divisiones sin precedentes, y la urgencia de reformar las instituciones financieras internacionales, cuyo diseño actual favorece desproporcionadamente a los países ricos.

Además, Guterres señaló la preocupante pérdida de confianza en las instituciones y en el proceso político, especialmente en un año en el que la mitad de la humanidad se enfrentará a elecciones.

En cuanto a los conflictos armados en el mundo, el secretario general recordó las numerosas regiones afectadas, desde Gaza hasta los Balcanes, donde millones de personas sufren las consecuencias de la violencia y la falta de rendición de cuentas por parte de los gobiernos.

Guterres también abordó la creciente polarización global, impulsada por discursos de odio, discriminación y violaciones de los derechos humanos, lo que ha dado lugar a autoritarismo, islamofobia y violencia de género.

En el ámbito económico, el secretario general destacó el impacto desproporcionado de la deuda externa en los países en desarrollo, así como la necesidad de regular la evolución de la inteligencia artificial para garantizar la transparencia y el control humano.

Por último, Guterres reiteró la urgencia de abordar la crisis climática y la transición hacia energías renovables, subrayando la necesidad de limitar el calentamiento global y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

En conclusión, el secretario general de la ONU enfatizó la responsabilidad individual y colectiva de abordar estos desafíos y reafirmó su compromiso de trabajar por la paz y un futuro sostenible para las generaciones futuras.