Miles de manifestantes se congregaron este miércoles en los alrededores del Capitolio de Estados Unidos para protestar contra la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien está programado para pronunciar un discurso en el Congreso. Los manifestantes exigieron un “arresto civil” de Netanyahu, acusándolo de crímenes de guerra en Gaza.

La protesta, organizada por el Movimiento de Juventud Palestina y otros grupos, fue marcada por intensas críticas a los congresistas presentes en el discurso de Netanyahu, quien llegó a Estados Unidos invitado por los líderes del Congreso, el senador demócrata Chuck Schumer y el republicano Mike Johnson, líder de la Cámara de Representantes.

Los manifestantes, que portaban banderas palestinas y pancartas con mensajes como “Palestina Libre” y “eres una vergüenza”, también acusaron a Estados Unidos de complicidad en la guerra de Gaza, que ha causado la muerte de cerca de 40,000 personas. Los asistentes al Capitolio lanzaron gritos de “genocida” y “criminal de guerra” dirigidos tanto a Netanyahu como al presidente Joe Biden, quien se reunirá con el primer ministro israelí el jueves en la Casa Blanca.

Durante la manifestación, algunas personas del Movimiento de Juventud Palestina aseguraron haber invadido pasillos y salones del Hotel Watergate, donde Netanyahu y su equipo se encuentran alojados. Informaron que dispersaron insectos como gusanos y grillos en el hotel y activaron alarmas de incendio, aunque el Watergate se encontraba bajo estrictas medidas de seguridad y acordonado.

El Capitolio estaba totalmente cercado por efectivos policiales, y los manifestantes se situaron junto a un escenario montado a unos metros del edificio. La protesta atrajo a personas de varios estados, quienes viajaron a Washington en autobuses para unirse al evento.

El martes, la Policía del Capitolio (USCP) realizó alrededor de 200 arrestos por protestar dentro del edificio de Cannon House, señalando que las manifestaciones en el interior de los edificios del Congreso son ilegales. Los arrestos y la represión se sumaron a la tensión en torno a la visita de Netanyahu y la creciente indignación por la situación en Gaza.

La protesta refleja la creciente preocupación y rechazo hacia la política exterior de Estados Unidos en relación con el conflicto israelí-palestino, y pone de relieve las intensas divisiones sobre cómo se aborda la crisis en Gaza y el papel de los aliados internacionales.