

El Gobierno ruso manifestó su oposición a la eventual presencia de tropas europeas en territorio ucraniano como parte de las garantías de seguridad exigidas por Kiev, argumentando que ello equivaldría a una intervención directa de la OTAN en el conflicto. Así lo expresó este lunes el portavoz presidencial Dmitri Peskov, quien regresó a sus funciones tras tres semanas de pausa vacacional.
“No existen los soldados europeos como tal, existen soldados de países concretos, y la mayoría de ellos son miembros de la OTAN”, afirmó Peskov en una rueda de prensa telefónica, reiterando la postura “negativa” del Kremlin ante cualquier intento de desplegar fuerzas occidentales en Ucrania.
El portavoz recordó que una de las causas fundamentales del actual conflicto armado con Ucrania fue precisamente la aproximación de la infraestructura militar de la Alianza Atlántica a las fronteras rusas. En ese sentido, la presencia de tropas extranjeras en Ucrania representaría, según Moscú, una provocación directa.
En relación con las negociaciones de paz, Peskov admitió que el tema de las garantías de seguridad es uno de los puntos centrales en discusión, pero se negó a especificar qué tipo de compromisos europeos estaría dispuesto a aceptar Rusia.
La semana pasada, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, calificó también como una “intervención militar” cualquier despliegue europeo en Ucrania. Aclaró que Moscú solo apoyará garantías de seguridad colectivas si contemplan los intereses estratégicos de Rusia, lo que incluye una Ucrania neutral y desprovista de armamento nuclear.
Desde el inicio de la guerra en febrero de 2022 —tras lo que Rusia denominó una “operación militar especial”— Ucrania ha exigido garantías firmes contra una nueva invasión rusa, aludiendo a la violación del Memorándum de Budapest de 1994, por el cual Kiev renunció a su arsenal nuclear a cambio de promesas de respeto territorial.
Por su parte, el presidente ruso Vladímir Putin, tras su reciente encuentro en Alaska con el mandatario estadounidense Donald Trump, declaró estar dispuesto a considerar un esquema de garantías para Kiev, aunque no ofreció detalles sobre su contenido.
Mientras tanto, Ucrania ha reiterado que no renunciará a su aspiración de ingresar en la OTAN, a menos que Occidente le otorgue compromisos de seguridad “claros y vinculantes”, en un contexto en el que la desconfianza hacia Moscú sigue siendo absoluta tras más de tres años de conflicto armado.