Este viernes, Nicolás Maduro fue juramentado como presidente de Venezuela para un nuevo período de seis años (2025-2031) en un acto realizado por la Asamblea Nacional (AN), controlada por el oficialismo. La ceremonia ocurre en medio de fuertes críticas de la oposición, que asegura que Edmundo González Urrutia fue el verdadero ganador de los comicios presidenciales de julio pasado.

Durante la juramentación, Maduro declaró: «Juro por el histórico, noble y aguerrido pueblo de Venezuela y ante esta Constitución que haré cumplir todos sus mandatos». El acto fue presidido por Jorge Rodríguez, líder del Parlamento chavista, quien colocó al mandatario la banda presidencial y el collar “Orden Libertadores y Libertadoras”.

Maduro calificó su investidura como una «gran victoria venezolana» y arremetió contra quienes, según él, intentaron impedir su toma de posesión. "A Venezuela no le impone un presidente nadie en este mundo", afirmó.

La ceremonia contó con la presencia de aliados internacionales, como los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de Nicaragua, Daniel Ortega, además de altos funcionarios del Gobierno venezolano, como el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien reafirmó la lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) al líder chavista.

La oposición, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), sostiene que los resultados de las elecciones del 28 de julio fueron manipulados. Según la PUD, las actas recopiladas por testigos y miembros de mesa demuestran que González Urrutia obtuvo la mayoría de votos.

La oposición acusa al chavismo de haber cometido un «golpe de Estado» al proclamar a Maduro como ganador sin publicar los resultados desagregados. González Urrutia, quien recientemente realizó una gira internacional, anunció que jurará como presidente legítimo de Venezuela, aunque no especificó una fecha.

El chavismo consolidó su apoyo a Maduro con la presencia de figuras clave, como el fiscal general Tarek William Saab y la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Caryslia Rodríguez. Mientras tanto, gran parte de la comunidad internacional sigue sin reconocer la legitimidad del Gobierno de Maduro, ampliando el aislamiento diplomático del país.

Con este nuevo mandato, el líder chavista enfrenta el desafío de gobernar en un contexto de crisis económica, denuncias de fraude electoral y un creciente rechazo de sectores nacionales e internacionales.