Trump tras sus primeros 100 días: "Solo acabamos de empezar. Aún no han visto nada"

Al cumplirse los primeros 100 días de su segundo mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, proclamó que su gestión “apenas comienza” y prometió intensificar su ofensiva política en todos los frentes, desde la migración hasta el comercio internacional. En un mitin en Míchigan, Trump celebró lo que calificó como “el mayor cambio en Washington en un siglo”, con más de 140 órdenes ejecutivas firmadas desde su investidura el pasado 20 de enero.
Con su retórica habitual, el mandatario arremetió contra los tribunales, las instituciones internacionales y sus opositores políticos, a quienes acusó de querer “destruir el país”. En una escalada verbal que recordó los momentos más polarizantes de su primer mandato, Trump no dudó en calificar a jueces federales como “comunistas” por frenar algunas de sus iniciativas, entre ellas, la deportación masiva de inmigrantes con base en una ley de 1798 o la prohibición de derechos para personas transgénero en el Ejército.
El núcleo de su agenda en este arranque ha sido una agresiva política migratoria, el desmantelamiento de agencias gubernamentales y la reconfiguración de la relación comercial con el mundo. Bajo el marco del autodenominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por Elon Musk, Trump ha eliminado más del 80 % de los programas de ayuda exterior, cancelado políticas de inclusión y replegado a EE.UU. de organismos internacionales como la OMS y el Acuerdo de París.
En el plano comercial, el presidente impuso aranceles generalizados a productos de México, Canadá y decenas de países más, alegando razones de seguridad nacional y competencia desleal. Esta política ha deteriorado las relaciones con sus principales socios, incluidos Canadá y la Unión Europea, y ha encendido alarmas sobre una posible recesión global. A pesar de ello, Trump defendió su estrategia como un “acto de soberanía económica” y aseguró que Estados Unidos está “recuperando sus empleos”.
Trump también aprovechó para elogiar a Elon Musk, a quien calificó como “un tipo increíble” por su rol en la aplicación de recortes gubernamentales. Musk, que anunció su retiro temporal del cargo para volver a centrarse en sus empresas, ha sido uno de los pilares del enfoque tecnocrático de Trump para reducir el tamaño del Estado.
Entre las medidas más controversiales destaca el perdón presidencial a más de mil personas implicadas en el asalto al Capitolio en 2021, así como la implementación de políticas de género restrictivas y la retirada de EE.UU. del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Estas decisiones han sido descritas por analistas y académicos como señales claras de una deriva hacia un “autoritarismo competitivo”, un régimen donde las instituciones democráticas formales se ven erosionadas por el uso sistemático del poder ejecutivo.
A pesar del apoyo sólido entre su base, el nuevo mandato de Trump ha generado preocupación entre expertos y observadores internacionales. La plataforma Bright Line Watch, que evalúa la salud democrática de Estados Unidos, reveló que la confianza pública en las instituciones ha caído a niveles históricamente bajos. Algunos académicos, como Steven Levitsky, advierten que aunque el proceso aún es reversible, la democracia liberal estadounidense ya ha sido profundamente dañada.
Trump, por su parte, bromeó sobre los intentos de destitución que comienzan a emerger desde el Congreso, asegurando que se ha vuelto “experto en sobrevivirlos”. En un tono desafiante, reiteró: “Solo acabamos de empezar. Aún no han visto nada”.
Con una ofensiva legislativa que se salta al Congreso, un aparato gubernamental reducido a su mínima expresión, y una retórica beligerante contra jueces, inmigrantes y adversarios políticos, los primeros 100 días de Trump perfilan un mandato con ambiciones profundas de transformación institucional, cuyo alcance y consecuencias aún están por verse.