Kristi Noem lanza severas acusaciones contra Sheinbaum en medio de crisis migratoria

La secretaria de Seguridad Interna de Estados Unidos, Kristi Noem, acusó este lunes a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de alentar protestas violentas en Los Ángeles, intensificando así el tono del discurso oficial estadounidense en torno a la crisis migratoria que sacude a California. Las declaraciones se produjeron desde el Despacho Oval, en una comparecencia conjunta con el presidente Donald Trump, quien avaló el despliegue de la Guardia Nacional y cientos de marines para contener las manifestaciones desatadas tras una serie de redadas migratorias.
Noem afirmó que la mandataria mexicana “salió para alentar más protestas en Los Ángeles”, y agregó de forma tajante: “la condeno por eso”. Subrayó que, en su visión, la presidenta Sheinbaum no debería estar incentivando acciones de esa naturaleza, especialmente —dijo— en un contexto donde “la violencia que hemos visto es inaceptable”. La funcionaria sostuvo que Estados Unidos tiene derecho a proteger a su personal federal “sin temor de ser heridos o muertos”, y reiteró que el presidente Trump cuenta con toda la autoridad constitucional para desplegar tropas donde sea necesario, sin requerir autorización estatal.
El señalamiento de Noem ocurre en un momento de extrema tensión entre ambos países, y forma parte de una narrativa que busca responsabilizar a factores externos del estallido social en ciudades como Los Ángeles. La acusación no solo es inusual por su dureza diplomática, sino también por su carácter inédito: es la primera vez que una alta funcionaria del gabinete de seguridad estadounidense sugiere que un jefe de Estado extranjero alienta disturbios dentro del territorio de EE.UU.
Las declaraciones de Noem llegan un día después de que influyentes voces del entorno trumpista —como el comentarista ultraconservador Charlie Kirk— elevaran el tono contra Sheinbaum. Kirk fue más allá al describir a la presidenta mexicana como “una amenaza más grande que Vladimir Putin”, en un discurso cargado de hostilidad que incluso sugirió represalias armadas contra México.
Con estas acusaciones, Noem y aliados cercanos a Trump trazan una línea peligrosa al vincular directamente la figura presidencial mexicana con actos considerados como amenazas a la seguridad interna de Estados Unidos. Al hacerlo, abren la puerta a una posible escalada retórica o incluso institucional que podría afectar las relaciones bilaterales y el tratamiento de los temas migratorios en foros multilaterales.
El trasfondo de estas afirmaciones es una estrategia más amplia del trumpismo que, en pleno año preelectoral, busca endurecer su postura frente a la migración, presentar a México como parte del problema y posicionar a la Casa Blanca como garante del “orden interno”. Noem, en ese marco, ha pasado de ser una figura discreta a convertirse en una de las voces más beligerantes del aparato de seguridad nacional en la actual administración.
Hasta ahora, el presidente Trump ha evitado atacar directamente a Claudia Sheinbaum, aunque no corrigió ni matizó las afirmaciones de su secretaria. Ese silencio, en el lenguaje político de Washington, equivale a un respaldo implícito. El mensaje, en suma, es claro: la Casa Blanca busca una confrontación discursiva directa con el nuevo gobierno mexicano, bajo la bandera de la seguridad nacional.