La Cumbre del G7 en Kananaskis, Canadá, concluyó este martes con profundas tensiones en materia comercial entre Estados Unidos y sus principales aliados europeos. Pese a algunos avances bilaterales en la primera jornada, la salida anticipada del presidente Donald Trump para atender el conflicto entre Israel e Irán alteró la dinámica de cierre y dejó sin declaración conjunta a los líderes reunidos.

El presidente estadounidense aprovechó su presencia inicial para firmar un acuerdo comercial con el Reino Unido y acelerar negociaciones con Canadá. También mantuvo una reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la que ambos se comprometieron a intensificar el diálogo comercial, con el objetivo de alcanzar un pacto antes del 9 de julio. Sin embargo, desde el Air Force One, Trump lanzó nuevas advertencias a Europa: “O hacen un buen acuerdo o van a pagar lo que digamos que tienen que pagar”.

Von der Leyen, en respuesta, subrayó que el proceso sigue su curso y que “las negociaciones avanzan”, aunque no descartó represalias europeas si Washington impone nuevos aranceles unilaterales.

La retirada de Trump también frustró encuentros previstos con líderes de México, Brasil, India, Corea del Sur y Australia. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, que tenía agendada una reunión presencial con el mandatario estadounidense, sostuvo en su lugar una llamada telefónica que calificó como “buena”, sin ofrecer detalles del contenido.

En paralelo, Sheinbaum sostuvo un fructífero encuentro con Ursula von der Leyen y António Costa, presidente del Consejo Europeo, para revisar la modernización del tratado comercial entre México y la UE. La mandataria mexicana reiteró la invitación a von der Leyen para visitar el país, con el objetivo de afianzar una relación estratégica que en 2023 representó un intercambio de bienes superior a los 82 mil millones de euros.

Durante su participación, Sheinbaum también dialogó con líderes como Narendra Modi, Luiz Inácio Lula da Silva y se espera una reunión clave con el primer ministro anfitrión, Mark Carney. Acompañada por su equipo económico y diplomático, la presidenta ha perfilado a México como actor activo en la configuración de nuevas reglas comerciales multilaterales, en un contexto de creciente proteccionismo y tensiones geopolíticas.

La ausencia de un comunicado final refleja la falta de consenso entre los socios del G7, pero también acentúa la relevancia de los vínculos bilaterales y regionales como vías para el diálogo. México, al apostar por el relanzamiento de su tratado con la UE y participar activamente en foros multilaterales, refuerza su papel como puente entre América Latina y las principales economías del mundo.