Trump mantiene en vilo a la comunidad internacional con advertencias sobre posible ataque a Irán

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alimentó este miércoles la incertidumbre geopolítica al no descartar una intervención militar contra Irán, en medio de una escalada de tensiones con Tel Aviv como telón de fondo. En declaraciones desde la Casa Blanca, el mandatario dejó claro que mantiene todas las opciones abiertas: “Puede que lo haga. Puede que no lo haga. Nadie sabe lo que voy a hacer”, sentenció.
El jefe de Estado aludió a una supuesta negativa de Teherán a negociar un acuerdo nuclear en los últimos dos meses, sugiriendo que esa resistencia ha agudizado el actual conflicto con Israel. “Podrían haberlo hecho bien. Habrían tenido un país”, afirmó Trump, en un tono que combinó lamento y advertencia.
Desde el Pentágono, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, evitó confirmar si existe ya un plan operativo para un ataque estadounidense, limitándose a señalar que “el Departamento de Defensa está preparado con opciones”. Su testimonio ante el Comité de Fuerzas Armadas del Senado no despejó las dudas de legisladores, como la senadora demócrata Jeanne Shaheen, quien urgió a que el público sea informado si se decide una acción militar.
La tensión interna dentro del trumpismo no se hizo esperar. Voces radicales del movimiento expresaron su rechazo a cualquier intervención directa en Medio Oriente, mostrando fisuras en una base que tradicionalmente ha defendido el aislacionismo militar.
El detonante reciente fue la decisión de Trump de abandonar anticipadamente la Cumbre del G7 en Canadá para regresar a Washington y evaluar, junto con su Consejo de Seguridad Nacional, la posible implicación estadounidense en los bombardeos israelíes contra instalaciones nucleares iraníes.
Según el propio presidente, el ataque israelí se produjo justo al expirar el plazo de 60 días que él habría dado a Irán para alcanzar un nuevo pacto nuclear. A esa presión se sumó un mensaje en redes sociales, dirigido a Teherán, con la frase “rendición incondicional”, lo que muchos analistas interpretan como un ultimátum velado.
A la par, el conflicto escala en una región ya convulsa, con Israel intensificando sus operaciones militares y Teherán asegurando que no cederá ante amenazas externas. Las palabras de Trump —”Han sido unos matones de patio de colegio. Ahora ya no lo son”— reflejan una retórica beligerante que pone en entredicho la posibilidad de una desescalada en el corto plazo.
La comunidad internacional, mientras tanto, se encuentra expectante. Europa, con reservas sobre el enfoque estadounidense, intenta mantener canales diplomáticos abiertos. La posibilidad de una intervención directa de Washington en Irán reconfiguraría los equilibrios estratégicos del conflicto, elevando los riesgos no solo para la región, sino también para la estabilidad global.