

Tras el incremento en la tensión política entre el presidente municipal de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, y su homólogo en la capital del estado, Marco Bonilla, la presidenta estatal de Morena, Brighite Granados, emitió un pronunciamiento en el que acusó al Partido Acción Nacional (PAN) de recurrir a estrategias de “golpeteo mediático” ante su falta de resultados y el creciente respaldo popular hacia el movimiento de la Cuarta Transformación.
“Mientras nosotros podemos presumir con orgullo los resultados de los gobiernos de la Cuarta Transformación y el gran trabajo que hace nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, que en Morena tenemos rumbo, proyecto de nación; sobre todo, el respaldo del pueblo de México y de Chihuahua", declaró Granados. “Del otro lado: la derecha, al PAN solo le queda como estrategia el golpeteo mediático contra los perfiles más fuertes de nuestro movimiento. Están desesperados porque saben que ya se van, y que el pueblo no les cree ni les confía".
El posicionamiento llega luego de que el alcalde juarense responsabilizara directamente al gobierno municipal de Chihuahua, encabezado por Marco Bonilla, de orquestar una campaña en su contra que incluyó versiones sobre presuntas investigaciones por parte de la DEA y una supuesta cancelación de visa, hechos que el propio Pérez Cuéllar desmintió tras regresar de un viaje por Estados Unidos.
Para Morena, el conflicto evidencia una estrategia sistemática de deslegitimación por parte del panismo estatal, en un contexto donde, según la dirigente, los gobiernos emanados del movimiento encabezado por Sheinbaum mantienen altos niveles de respaldo ciudadano.
El mensaje de Granados se enmarca en una narrativa de contraste: mientras que Morena se presenta como fuerza con proyecto de largo plazo y legitimidad social, acusa al PAN de haber perdido credibilidad y de operar con métodos desgastados, centrados en la confrontación personal y la especulación.
A medida que se aproxima el ciclo electoral de 2027, los cruces entre figuras relevantes de ambas fuerzas políticas anticipan un clima de competencia directa. Para Morena, la respuesta institucional del PAN confirma que sus cuadros más visibles —como Pérez Cuéllar— representan una amenaza real en la disputa por el poder estatal.