

Marco Rubio viene con lista negra bajo el brazo
Mientras Claudia Sheinbaum ofrecía sonrisas y acuerdos binacionales, el enviado de Trump, Marco Rubio, llegó con otro tipo de mensaje: “Queremos cabezas”.
Fuentes muy bien colocadas en el staff presidencial revelan que la visita no fue solo sobre cooperación antidrogas, sino una operación diplomática para acelerar la cacería de políticos vinculados al narco. Y no se trata de rumores: ya hay nombres, expedientes y exigencias concretas.
Rubio puso sobre la mesa un plan para sancionar económicamente a políticos con “amistades inquietantes”, activar a la UIF, quitar visas, bloquear cuentas y enviar un mensaje claro: Estados Unidos no quiere ver campañas financiadas por el narco en 2027.
En los pasillos del poder, este episodio fue interpretado como una advertencia, pero también como una medida de presión para obligar a Sheinbaum a depurar su entorno. Es la primera gran prueba de fuego para la presidenta, y lo cierto es que ya se están moviendo piezas dentro del oficialismo.
El Pentágono también dejó claro que solo trabajará con la Marina, no con el Ejército ni la Guardia Nacional, por considerar que el resto de las fuerzas están demasiado comprometidas. Un mensaje crudo, directo y sin margen para interpretaciones.
Informe sin ruido, pero con deuda: el otro balance de Maru Campos
Maru Campos cambió la fecha de su informe para marzo con un propósito claro: hablar sola. Sin el bullicio de los informes nacionales, sin alcaldes robando cámaras y, sobre todo, sin que la prensa nacional levante demasiado polvo. El truco funcionó. Pero los números no mienten, aunque los escondas detrás de un PowerPoint lleno de palabrería.
En cuatro años, Maru ha gastado más que cualquier otro gobernador en la historia de Chihuahua, pero no lo diga muy fuerte, no vaya a ser que alguien pregunte en qué se gastó. Según datos de la Secretaría de Hacienda estatal, ha ejercido 445 mil millones de pesos, un 15% más de lo autorizado por el Congreso. Y eso que su discurso es de austeridad.
Peor aún: la deuda pública ha crecido un 22.5%. Y como si se tratara de una tarjeta sin fondo, Maru ha contratado créditos a corto y largo plazo que sumarían más de 15 mil millones de pesos. A esto súmele los casi 2 mil millones de pesos gastados en Comunicación Social, no para informar, sino para disfrazar la ineficiencia, esconder el desierto de obras y vender la idea de una gobernadora “global”, aunque su gestión no llegue ni a Guachochi.
Chihuahua es hoy un estado con más deuda, más gasto y menos resultados visibles. Pero eso sí, con mejor storytelling. La magia del marketing político ha reemplazado a la política pública.
La justicia la premió: Myriam Hernández y su aterrizaje suave en la UACH
No ha pasado ni una semana de dejar la presidencia del Poder Judicial del Estado, Myriam Hernández ya tiene nueva chamba. Así de rápido. Así de fácil.
La exmagistrada rindió protesta como nueva directora de Planeación y Desarrollo Institucional en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Un cargo clave, estratégico, y que sorprende por su velocidad. No se había enfriado su asiento en el Tribunal y ya estaba calentando otro en la UACH.
Para muchos, esta es una especie de aterrizaje suave tras su polémico paso por el Poder Judicial, donde su legado más notorio fue la liberación de César Duarte. El mensaje parece claro: quien sirve bien al sistema, nunca queda desempleado.
Lo que llama la atención no es solo el nombramiento, sino el blindaje institucional que la rodea. La UACH le da cobijo mientras en el Congreso aún se digieren los efectos de su paso por el TSJ. Lo único cierto es que en Chihuahua la puerta giratoria entre el poder judicial, político y académico está más aceitosa que nunca.
Bonilla pierde el control y las mantas hablan por él
Marco Bonilla vive su peor momento desde que llegó a la presidencia municipal de Chihuahua. Su obsesión por la gubernatura ha dejado a su gabinete sin control y a la ciudad sumida en el caos.
Baches, luminarias fallando, obras detenidas, espacios públicos abandonados y un tráfico de locura tras las lluvias. A esto se suman los escándalos de siempre: su casa millonaria, los contratos turbios por luminarias LED, y un relleno sanitario que huele peor en lo legal que en lo ambiental.
Pero la señal más clara del deterioro fueron las mantas colocadas afuera de Palacio Municipal. Denuncias anónimas, directas y brutales contra miembros de su gabinete. Desde agresiones físicas hasta corrupción interna. Bonilla, que presume gobernar con eficiencia, ahora tiene que explicar por qué sus oficinas parecen sacadas de una novela de denuncia social.
En medio del desastre, el alcalde ha cerrado su círculo de confianza y trajo a Gisela Rubach, una consultora priista de la vieja escuela que intentará revivir su imagen con una estrategia de “mano dura”. El detalle: nada de eso ocurrirá antes del informe. Primero, el show; luego, los ajustes.
Lo peor es que ya perdió el respeto dentro de su propio equipo, donde todos saben que el capitán está más ocupado en su siguiente barco que en mantener a flote el actual.
Informe sin obras, pero con reflectores: Bonilla sale al ruedo
Este jueves Marco Bonilla rendirá su cuarto informe de gobierno, pero en realidad se trata de su primer mitin en la búsqueda por la gubernatura. El Centro de Convenciones estará lleno, sí, pero lo que de verdad importará no será el número de asistentes, sino quiénes se dejan ver.
¿Irá la gobernadora? ¿Asistirá el nuevo Poder Judicial? ¿Se alinearán las estructuras municipales panistas? ¿Habrá figuras nacionales? Las respuestas dirán más que el discurso.
Bonilla apostará a presumir rankings, percepciones y encuestas de seguridad, pero poco podrá hablar de obra nueva, de transformación real o de legado tangible. Su narrativa será “lo bien que vamos”, aunque la ciudad cuente otra historia.
El timing también es clave: será el primero en dar informe. Le seguirán Andrea Chávez y Cruz Pérez Cuéllar el domingo. La carrera por la gubernatura ya comenzó y Bonilla quiere ser el primero en cruzar la línea… aunque todavía no sepa si corre con los tenis puestos o en pantuflas.