

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró que su gobierno destruyó recientemente una “gran instalación” utilizada por una red de narcotráfico supuestamente liderada por el gobierno venezolano, en el marco de una campaña militar sostenida en el Caribe. Sin embargo, el mandatario no precisó si el ataque se produjo dentro del territorio venezolano, lo que ha generado inquietud internacional sobre un posible cambio en la naturaleza de las operaciones estadounidenses en la región.
“Hace dos noches, la destruimos. Así que les dimos un golpe muy duro”, afirmó Trump durante una entrevista con el empresario republicano John Catsimatidis, transmitida en la estación de radio WABC en Nueva York. El presidente se refirió a una “gran planta, o una gran instalación, de donde salen los barcos”, sin ofrecer detalles logísticos ni confirmar la localización exacta del blanco.
Según fuentes citadas por The New York Times, funcionarios estadounidenses identificaron el objetivo como una planta de producción de drogas ubicada en Venezuela, que habría sido destruida el miércoles pasado. No obstante, la Casa Blanca no ha ofrecido una declaración oficial al respecto ni ha clarificado si la acción militar implicó una incursión en suelo venezolano, lo que marcaría una escalada significativa en la campaña antidrogas iniciada meses atrás.
Hasta ahora, las operaciones militares se habían limitado a aguas internacionales, con un despliegue aeronaval frente a las costas venezolanas desde mediados de 2025. La administración Trump ha justificado este despliegue como parte de su lucha contra el narcotráfico, señalando directamente al gobierno de Nicolás Maduro como líder de lo que Washington denomina el “Cartel de los Soles”, una supuesta red criminal integrada por altos mandos militares venezolanos.
En las últimas semanas, Trump ha endurecido su retórica contra Caracas, advirtiendo públicamente que comenzaría a atacar objetivos en tierra si fuese necesario. Según informes oficiales, al menos treinta embarcaciones han sido destruidas y más de un centenar de sus tripulantes han muerto en el marco de estas operaciones. El presunto ataque a la planta —de confirmarse— representaría la primera acción terrestre y una potencial ampliación del conflicto.
Desde Caracas, el gobierno venezolano no ha emitido una respuesta formal al anuncio de Trump, aunque en el pasado ha denunciado que estas operaciones constituyen actos hostiles y parte de un intento encubierto de intervención. Venezuela ha calificado reiteradamente la narrativa del “Cartel de los Soles” como una estrategia para justificar un cambio de régimen por la vía militar.
El contexto se agrava por el reciente bloqueo de embarcaciones petroleras sancionadas por EE.UU. y la confiscación de buques que transportaban crudo venezolano, medidas que han tensado aún más la relación entre ambos países.
Si se confirma que el ataque se produjo en territorio venezolano, el hecho marcaría un punto de inflexión con implicaciones regionales e internacionales, al convertir una operación antidrogas en una intervención de facto. Por ahora, la falta de transparencia oficial en Washington sobre la naturaleza y ubicación del blanco mantiene abiertas múltiples hipótesis, al tiempo que aumenta la presión sobre organismos multilaterales como la ONU para pronunciarse sobre los límites de estas acciones.











