COLUMNA 10 Febrero 2025

Columna10 de febrero de 2025 Por BP Staff
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La guerra electoral se adelantó en Chihuahua

Apenas ha pasado un año del proceso electoral más grande de la historia, donde se renovaron la Presidencia de la República, varias gubernaturas, el Congreso, las alcaldías, sindicaturas y el Senado, y ya hay señales claras de que en Chihuahua la contienda de 2027 ha comenzado.

Las encuestas han encendido los focos rojos en los war rooms de los principales actores políticos, particularmente en Palacio de Gobierno, donde los rumores sobre una negociación de Maru Campos con la 4T para entregar el estado a cambio de impunidad han tomado fuerza.

La reciente medición de Massive Caller muestra un escenario donde Morena domina con un 42.9% de intención de voto, mientras que el PAN se encuentra rezagado con un 25.7%, seguido por el PRI con un pobre 9.2%. Movimiento Ciudadano apenas alcanza un 3.8%, el Partido Verde 1.3% y el PT 0.8%.

Pero lo que realmente sacudió a los equipos políticos fue la ventaja de Andrea Chávez sobre el alcalde de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, y el alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, quienes hasta hace poco se veían como los principales contendientes.

Mientras en Morena los aspirantes han estado recorriendo el estado y construyendo estructuras de apoyo, en el PAN apenas buscan asimilar la caída en las tendencias de su carta más fuerte. Para colmo, la reciente resolución del IEE contra Marco Bonilla por violencia política de género ha complicado aún más su panorama.

En los próximos meses la guerra sucia se intensificará y los equipos cerrarán filas. Hasta ahora, la pelea parece reducirse a tres finalistas: Andrea Chávez, Cruz Pérez Cuéllar y Marco Bonilla, si es que logra sobrevivir al desgaste.

Ariadna Montiel se baja de la contienda por la gubernatura, pero pide posiciones clave

Tras meses de especulación, la secretaria del Bienestar ha decidido no competir en 2027, reconociendo su bajo posicionamiento en las encuestas y su falta de identificación con el electorado chihuahuense.

La noticia cayó como un alivio para los demás aspirantes de Morena, pues temían que su cercanía con Claudia Sheinbaum y su influencia en la estructura del gobierno federal la colocaran como la favorita en la contienda interna.

Sin embargo, al bajarse del ring, Montiel dejó claras sus condiciones: quiere la candidatura a la alcaldía de Ciudad Juárez para su delegada, Mayra Chávez, y la de Chihuahua para Brenda Ríos, quien en poco tiempo ha logrado posicionarse como una figura visible en la política local.

Aunque dentro de Morena han tomado con tranquilidad la decisión de Montiel, todavía no han concedido sus peticiones, pues sus dos candidatas están lejos de los punteros en las encuestas internas.

Lo que ahora genera expectación es hacia dónde inclinará su respaldo la secretaria: si a Andrea Chávez, quien lidera la contienda, o a Cruz Pérez Cuéllar, que ocupa la segunda posición en las mediciones.

La jugada de Montiel está clara: mantenerse cerca del poder y colocar a sus piezas en posiciones estratégicas, pero en Morena las decisiones no dependen de un solo actor y las definiciones podrían no favorecerla.

El Tribunal Estatal Electoral y la alfombra roja

La toma de protesta de Hugo Molina como nuevo presidente del TEE no pasó desapercibida para nadie.

El evento se convirtió en una pasarela de la clase política de Chihuahua, pues todos saben que el tribunal será clave en la elección de 2027, cuando se renueve la gubernatura, las alcaldías y el Congreso local.

La ceremonia estuvo encabezada por la gobernadora Maru Campos y contó con la presencia de magistrados, legisladores, alcaldes y operadores políticos de todos los partidos.

Molina, en su primer mensaje, aseguró que su prioridad será garantizar la autonomía e imparcialidad del tribunal, pero su llegada a la presidencia no es menor.

En un contexto donde las elecciones se han judicializado cada vez más y los conflictos postelectorales se han vuelto la norma, su papel será determinante en los próximos años.

No es casualidad que los principales actores políticos del estado hayan asistido para enviar el mensaje de que tienen intereses en lo que ahí se resuelva.

Con la elección de 2027 ya en el horizonte, el Tribunal Estatal Electoral será una pieza clave en la balanza de poder, y todos lo saben.

El berrinche de Marco Bonilla y el desaire a Hugo Molina

En política, las ausencias también son mensajes, y la del alcalde de Chihuahua en la toma de protesta de Hugo Molina fue un claro indicio de su crisis interna.

Después del escándalo por la resolución del IEE que lo investiga por violencia política de género, Bonilla decidió no presentarse en el evento protocolario, evitando así encontrarse con los magistrados que eventualmente podrían intervenir en su caso.

Lo que no parece entender el alcalde es que, al ausentarse, solo confirma su debilidad y su incapacidad para manejar la crisis.

Mientras la clase política desfilaba en el Tribunal, Bonilla optó por el silencio, lo que en un escenario de desgaste como el suyo solo agrava su situación.

Además, en otro frente, su administración enfrenta nuevas críticas por el Presupuesto Participativo, donde ciudadanos y estudiantes han cuestionado la inclusión de proyectos de instituciones educativas que deberían ser financiados con recursos estatales.

El problema radica en que, al contar con una matrícula numerosa, estas escuelas pueden acaparar los votos y desplazar proyectos comunitarios más urgentes. Entre sus problemas legales, la falta de control sobre el presupuesto y el distanciamiento de sus propios aliados políticos, Bonilla enfrenta uno de los momentos más críticos de su administración.

El PRI intenta reinventarse, pero retrocede

En un intento por revivir un partido en decadencia, el Comité Directivo Estatal del PRI lanzó su nueva estrategia bajo el lema “El PRI hecho en Chihuahua”, una campaña que busca resaltar los logros históricos del tricolor en el estado.

El problema es que muchos de esos “logros” fueron señalados como actos de corrupción en su momento, lo que ha generado burlas y críticas entre sus propios militantes.

La estructura del partido ha pasado de tener eventos multitudinarios en 2016 a reuniones reducidas, donde los mismos dinosaurios de siempre se reparten los pocos cargos que quedan. En su más reciente reestructuración, tomaron protesta los nuevos secretarios del partido, pero la lista deja claro que no hay renovación real.

Aunque han intentado presentarse como una opción viable para 2027, la realidad es que sin una reestructuración profunda y sin rostros nuevos, el partido está condenado a seguir perdiendo relevancia.

La decadencia del PRI en Chihuahua es cada vez más evidente, y el evento de este fin de semana solo fue una muestra de que, lejos de renovarse, sigue atado a sus viejas prácticas.

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