Cumbre del G7 en Canadá arranca bajo tensión global y foco en la guerra comercial con EE.UU.

Política14 de junio de 2025 Por BP Staff
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Los líderes del Grupo de los Siete (G7) comenzarán a llegar este domingo al enclave montañoso de Kananaskis, en las Rocosas canadienses, para una cumbre que se anticipa como una de las más tensas y definitorias de los últimos años. A los conflictos militares abiertos —Ucrania, Gaza e Israel-Irán— se suma un elemento de disrupción económica que domina el trasfondo de las reuniones: la guerra comercial desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Aunque la agenda oficial incluye temas como seguridad global, transición digital y fomento a la inversión productiva, la presión comercial de la Casa Blanca será el verdadero eje de negociaciones bilaterales paralelas, en las que casi todos los líderes buscarán encuentros con Trump para mitigar el impacto de sus políticas arancelarias. Desde que volvió al poder, el mandatario estadounidense ha impuesto tarifas generalizadas a sus principales socios, desatando reacciones que van desde la contención diplomática hasta la urgencia estructural.

Para el anfitrión, el primer ministro canadiense Mark Carney, el desafío es mayúsculo. Economista de formación y con prestigio internacional como exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, Carney llega a la cumbre como figura clave en la reconfiguración de la relación bilateral con Estados Unidos. Canadá, cuya economía está atada de forma casi umbilical al comercio con su vecino del sur —el 77 % de sus exportaciones se destinan a ese mercado, y en productos como el petróleo la dependencia roza el 99 %— ha sido uno de los países más golpeados por la nueva ola proteccionista de Washington.

Trump ha impuesto aranceles del 25 % sobre productos canadienses fuera del T-MEC, así como tarifas específicas del 10 % al petróleo y gas, y del 25 % al acero, aluminio y al sector automotriz no considerado “norteamericano”. Según el FMI, estas medidas ya han recortado en 0.6 puntos porcentuales el crecimiento de Canadá para 2025, más que en cualquier otra economía avanzada.

Carney ha planteado una estrategia de tres frentes para enfrentar esta nueva realidad: la eliminación de barreras comerciales internas, el fortalecimiento de la relación económica con la Unión Europea, y la renegociación directa con Trump sobre el marco económico de Norteamérica. Esta cumbre será el escenario decisivo para avanzar en ese último punto.

Además de los miembros permanentes del G7 —Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido—, participarán también líderes de países invitados como México, Brasil, India, Ucrania, Corea del Sur, Sudáfrica y Australia. La presidenta Claudia Sheinbaum ha confirmado encuentros bilaterales con Trump, Carney, Modi y Merz, buscando insertar a México en la arquitectura de los acuerdos multilaterales y en la redefinición del comercio regional.

La Cumbre del G7 en Kananaskis se perfila así como una prueba de fuerza y diplomacia en un escenario global convulso, donde los equilibrios tradicionales se han roto y las alianzas deben reconstituirse sobre nuevas bases. El foco no está solo en los acuerdos que se anuncien, sino en las líneas que puedan trazarse para contener una fragmentación geoeconómica que amenaza con extenderse más allá de los conflictos armados.

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