

La difusión de fotografías de Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, desayunando en el exclusivo hotel Okura de Tokio, Japón, ha generado una ola de cuestionamientos dentro y fuera del ámbito político. Las imágenes, reveladas por el periodista Claudio Ochoa Huerta, muestran a López Beltrán acompañado del diputado Daniel Asaf, excoordinador de la Ayudantía presidencial, disfrutando del bufet de un recinto cuya tarifa promedio por noche oscila entre los 350 y 660 dólares, y que puede alcanzar cifras superiores a los 660 dólares según disponibilidad.
Las fotografías —en las que se observa a ambos personajes con lentes oscuros en interiores— fueron interpretadas por analistas y usuarios en redes sociales como una muestra de disonancia entre el discurso de austeridad republicana promovido por la Cuarta Transformación y el estilo de vida de algunos de sus representantes.
El señalamiento cobra especial fuerza tras la reciente ausencia de López Beltrán en el Consejo Nacional de Morena, en el que se discutieron temas estratégicos para el partido rumbo al nuevo ciclo político. La crítica, de corte simbólico y político, no solo se centra en el gasto, sino en el momento y el lugar en que se produce: un viaje internacional de alto perfil mientras el partido enfrenta tensiones internas y exigencias externas de congruencia ideológica.
Este episodio se suma a otros viajes de figuras destacadas del oficialismo, como el del legislador Enrique Vázquez Navarro a Ibiza o el del coordinador morenista Ricardo Monreal a España, generando cuestionamientos sobre la coherencia entre el discurso institucional de Morena y las prácticas personales de algunos de sus líderes.
En este contexto, la presidenta Claudia Sheinbaum, en conferencia reciente, reiteró su postura de que “el poder se ejerce con humildad” y llamó a los integrantes de su partido a mantener los principios juaristas que inspiraron la Cuarta Transformación: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, subrayó, dejando entrever una preocupación por el impacto ético y político de estas conductas dentro de su movimiento.