

El Kremlin lanzó hoy una advertencia directa a Estados Unidos al recordar que "en una guerra nuclear no hay vencedores", luego de que el presidente Donald Trump ordenara el despliegue de dos submarinos nucleares en respuesta a lo que calificó como “amenazas provocadoras” del expresidente ruso Dmitri Medvédev.
En su habitual conferencia de prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, minimizó el riesgo de una escalada nuclear entre ambas potencias, aunque reconoció la sensibilidad del tema: “No nos gustaría vernos involucrados en tal polémica. Todos deben ser muy cuidadosos con la retórica nuclear”.
Peskov recalcó que Rusia mantiene una posición “responsable” sobre su arsenal, incluso mientras reafirmó la presencia constante de submarinos nucleares estadounidenses en estado de alerta, hecho que describió como parte del equilibrio estratégico habitual.
Las tensiones escalaron tras una publicación de Medvédev —actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia— en la que advirtió que los ultimátums impuestos por Washington para frenar la guerra en Ucrania podrían desembocar en una confrontación directa con Rusia. Medvédev escribió en la red social X: “Trump debería recordar que Rusia no es ni Israel ni Irán. Cada nuevo ultimátum es un paso hacia la guerra, no con Ucrania, sino con Estados Unidos”.
El mandatario estadounidense respondió desde Truth Social: “Las palabras son muy importantes y pueden tener consecuencias imprevistas; espero que este no sea uno de esos casos”, al tiempo que justificó el despliegue submarino como medida disuasiva.
El exmandatario ruso también aludió al sistema “Perímetro” —conocido como “la mano muerta”—, una estructura automatizada de represalia nuclear que se activaría en caso de que el Kremlin pierda el control tras un ataque masivo. El comentario fue interpretado por analistas como una amenaza velada, aunque el Kremlin evitó ampliarlo.
Cuestionado sobre el alcance de las opiniones de Medvédev, el portavoz presidencial aclaró que, si bien existen posturas diversas dentro del gobierno, “la política exterior la formula únicamente el presidente Putin”.
Este nuevo episodio de confrontación verbal se produce en medio de un deterioro progresivo del diálogo entre ambas naciones, marcado por sanciones, amenazas comerciales y crecientes fricciones diplomáticas.
A pesar del tono contenido de Moscú, la situación evidencia el riesgo latente que supone el cruce de declaraciones incendiarias entre altos funcionarios de las dos principales potencias nucleares del mundo. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con inquietud la deriva retórica que ha reactivado fantasmas de la Guerra Fría.