

En un mensaje que sacudió el panorama político centroamericano, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció este martes que se encuentra en marcha un intento de golpe de Estado en su contra, supuestamente orquestado por el expresidente Juan Orlando Hernández, recientemente indultado por el mandatario estadounidense Donald Trump. La jefa de Estado aseguró contar con información de inteligencia verificada que señala que Hernández planearía su regreso al país para proclamar al ganador de las elecciones celebradas el pasado 30 de noviembre, como parte de una ofensiva para quebrantar el orden constitucional.
“Al pueblo hondureño: informo con responsabilidad histórica que, a partir de información de inteligencia verificada, Juan Orlando Hernández planifica su ingreso al país para proclamar el ganador de las elecciones al tiempo que está en marcha una agresión orientada a romper el orden constitucional y democrático a través de un golpe contra mi gobierno”, escribió Castro en un mensaje publicado en la red social X.
La alerta generó una rápida respuesta del expresidente Hernández, quien rechazó categóricamente los señalamientos, calificándolos de “completamente falsos” y acusando al oficialismo de utilizar el tema para generar pánico y caos. “No existe ningún plan de ingreso al país ni intento de ruptura del orden constitucional”, expresó el exmandatario, que gobernó Honduras entre 2014 y 2022 y que fue condenado a 45 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico y posesión de armas, hasta que fue perdonado por Trump el 27 de noviembre pasado.
La tensión en Tegucigalpa aumentó cuando el expresidente Manuel Zelaya, esposo de Castro, respaldó las acusaciones y anunció la convocatoria a movilizaciones pacíficas en apoyo a la presidenta. Zelaya afirmó que Xiomara Castro es una “demócrata probada” y que ha reiterado su compromiso con la alternancia en el poder, cuyo mandato concluye el 27 de enero de 2026. Al mismo tiempo, exigió a “los políticos golpistas y poderes fácticos” abstenerse de sabotear el mandato constitucional.
Ante la gravedad de la denuncia, el gobierno de México fijó postura a través de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien subrayó que su administración está atenta a los acontecimientos y que la Secretaría de Relaciones Exteriores mantiene comunicación con el gobierno hondureño. En su conferencia matutina, Sheinbaum fue enfática en reiterar que México defiende la democracia y rechaza cualquier forma de injerencia extranjera.
“Estamos atentos a estas denuncias (…) Siempre vamos a estar de acuerdo con la democracia, con que el pueblo de cada país elija al presidente o presidenta que decida”, sostuvo Sheinbaum, al tiempo que reiteró que la política exterior de México se rige por el principio de respeto a la soberanía de los pueblos. “Siempre vamos a hablar en contra del injerencismo, de la intervención”, enfatizó.
En medio de una compleja coyuntura política y poselectoral, el llamado de Castro busca blindar la estabilidad institucional, mientras que el respaldo de México refuerza el compromiso regional con la legalidad democrática y el respeto a la voluntad popular. El desenlace de esta tensión será seguido de cerca por la comunidad internacional.












