Los países miembros del grupo BRICS solicitaron este miércoles en Kazán una reforma integral de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyendo su Consejo de Seguridad, con el objetivo de incrementar su democracia, representatividad y efectividad. La declaración final de la cumbre, que reunió a líderes de estas economías emergentes, enfatizó la importancia de ampliar la presencia de países en desarrollo en todas las categorías de membresía del Consejo.

La cumbre subrayó la necesidad de aplicar “justicia geográfica” en la formación del secretariado de la ONU y otras organizaciones internacionales, instando a un papel más significativo para los países africanos, asiáticos y latinoamericanos en la gestión de los asuntos globales.

El presidente ruso, Vladimir Putin, quien presidió la reunión, destacó que la aparición de “nuevos centros de fuerza” está contribuyendo a un orden mundial que aspire a ser “más justo, democrático y equilibrado”. Durante su intervención, Putin condenó las sanciones unilaterales y defendió la cooperación en el ámbito de los derechos humanos y libertades fundamentales, argumentando que deben estar en estricta consonancia con los principios de igualdad y respeto mutuo.

En este contexto, los BRICS también subrayaron que entre los derechos humanos debe figurar el derecho al desarrollo justo y equitativo de todos los países.

Aunque la declaración final de la cumbre aprobó la categoría de estado-asociado, no se discutió la esperada ampliación del grupo, a pesar de las solicitudes de países como Turquía, Azerbaiyán y Cuba.

El grupo BRICS, fundado en 2006 y que celebró su primera cumbre en 2009, está compuesto actualmente por Rusia, China, India, Brasil, Sudáfrica, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía. Este encuentro representa un paso significativo hacia la redefinición del orden internacional y un llamado a fortalecer la voz de los países en desarrollo en la arena global.