COLUMNA 9 Septiembre 2025

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Columna BP (28)

Massive Caller destapa la guerra por el 2027… y no hay vuelta atrás

Si alguien pensó que el fuego cruzado entre Bonilla, Andrea y Cruz era anecdótico, Massive Caller llegó a confirmar que estamos en plena guerra electoral. Y aunque apenas es 2025, las pasarelas, los discursos de “no me voy a rajar” y los “voy por Chihuahua” ya no dejan espacio para la duda: el 2027 comenzó, y será de pronóstico reservado.

Según la encuesta publicada el 6 de septiembre, Morena tiene una ventaja cómoda en la intención de voto por la gubernatura: 45.4% contra 22.6% del PAN. Pero el dato que hizo sudar a más de un war room no fue ese, sino el duelo interno en Morena: Andrea Chávez (39.8%) y Cruz Pérez Cuéllar (25.4%), peleando codo a codo por el bastón de mando en el norte bravo.

Del lado azul, Marco Bonilla manda sin problema (57.3%). Es el gallo natural del panismo. Pero el PAN, sin alianzas, no alcanza ni para un empate técnico. Y ahí está el verdadero dilema: ¿cómo ganarle a Morena si ni juntando al PRI, MC y las benditas bendiciones les alcanza?

Y es que el PRI sigue vivo, aunque suene extraño. Tony Meléndez (35.1%) y Alejandro Domínguez (17.6%) pelean por un partido que ya no sabe si debe sumarse o extinguirse. Movimiento Ciudadano, por su parte, sigue jugando a ser la tercera vía, con “El Caballo” Lozoya al frente.

La encuesta también revela que el 70% de panistas y priistas quieren una alianza. Es decir, la base ya entendió que solos no hay 2027. Pero, ¿los líderes ya lo entendieron? Porque si no lo hacen pronto, van a tener que ver la contienda desde la tribuna… del Congreso local.

La guerra por las alcaldías ya está en llamas

Por si la pelea por la gubernatura no fuera suficiente, Massive Caller también encendió el avispero en las alcaldías. Porque aunque parezca que falta mucho, las sillas municipales también están en juego y, en muchos casos, son la antesala de proyectos más grandes (guiño, guiño).

En la capital, el PAN se sostiene por los pelos: 40.5% de intención de voto contra 34.2% de Morena. La contienda será cerrada. Pero más allá de los porcentajes, los nombres empiezan a perfilarse: en el PAN, Manque Granados, César Jáuregui y Rafa Loera se disputan la candidatura; en Morena, Marco Quezada, Brenda Ríos y Miguel La Torre. Viejos conocidos y una ciudad que se les va de las manos si no consolidan estructuras pronto.

Pero el escenario juarense es otra historia. Allá Morena arrasa con un 55.1%, mientras el PAN y el PRI apenas rebasan el 10%. Alejandro Pérez Cuéllar lidera cómodo, con Loera como plan B, aunque a estas alturas parece más una formalidad que una contienda real.

La pregunta es: ¿permitirá Morena que Juárez sea solo una plataforma para la candidatura estatal de Cruz? ¿O le darán continuidad con alguien más? Y del otro lado, ¿de verdad Loya en el PAN o Serrano en el PRI creen que pueden remontar 40 puntos?

Alguien debería recordarles que el 2027 ya empezó… y que las encuestas no esperan a nadie.

Huachicol, marinos y un muerto incómodo

El escándalo del “huachicol fiscal” en Tamaulipas —ese que la presidenta Sheinbaum usó como ejemplo de su “cero impunidad”— acaba de volverse mucho más turbio. Porque uno de los señalados, el capitán Abraham Jeremías Pérez Ramírez, apareció muerto. Sí, así como lo lee: muerto, sin orden de aprehensión y con un testigo protegido que ya lo había señalado como pieza clave del engranaje.

Hasta hace unas horas, era solo una nota roja. Ahora es un caso político-militar que huele a encubrimiento, advertencia… o limpieza interna. Porque, seamos honestos: en México, cuando un militar acusado de corrupción muere misteriosamente antes de ser detenido, es más probable que haya habido mano negra que un infarto espontáneo.

El testimonio del exdirector de la aduana de Tampico describe una red criminal bien aceitada, donde marinos, empresarios y funcionarios se repartían millones por cada barco de diésel ingresado ilegalmente. Y en esa lista están nombres pesados: vicealmirantes, contralmirantes y operadores de alto nivel.

La presidenta Claudia Sheinbaum ha prometido ir hasta las últimas consecuencias. Pero el fallecimiento del capitán Pérez Ramírez complica todo. Porque si alguien lo quería callado, ya lo logró. Y ahora, todas las miradas apuntan a la Marina, esa institución que hasta ahora había sido intocable.

El mensaje es claro: ya no hay espacio para la complicidad. Pero también queda claro que, cuando se mueven intereses tan grandes, los cadáveres empiezan a aparecer antes que las órdenes de aprehensión.

Bonilla y la limpieza que viene… ¿pero le alcanza?

Con el informe ya en el pasado y la campaña no tan en el futuro, Marco Bonilla anuncia que viene limpieza en el gabinete. Un clásico post-informe: se revisan objetivos, se analizan resultados, se miden rendimientos… y se cobra factura a los que se volvieron un dolor de cabeza.

Y entre pasillos, el nombre que suena con fuerza para salir es Adriana Díaz. Sí, la misma que desató la última tormenta interna en la administración municipal y que, dicen, solo sigue en el cargo por el padrinazgo político de Gabo Díaz. Pero parece que ni eso la va a salvar.

Bonilla tiene claro que si quiere proyectarse rumbo al 2027 necesita cerrar filas, limpiar la casa y mostrar control. Y su nueva consultora política, Gisela Rubach, no se anda con sentimentalismos. La lógica es simple: quien estorba, se va.

Pero ojo: los cambios no solo son por eficiencia. También son mensaje. Porque si Bonilla no demuestra que puede ordenar su propio gabinete, ¿cómo convencerá a los panistas de que puede ordenar el estado?

El reloj corre, y los quince días de evaluación no son solo una auditoría interna… son un termómetro político.

Daniela Álvarez responde con lo de siempre: “Noroña es corrupto”

Luego del informe de Andrea Chávez y su rosario de críticas contra el PAN, llegó la respuesta más predecible del siglo: Daniela Álvarez le contestó… pero no a Andrea, sino a Noroña. Y lo hizo con el insulto estándar del panismo: “corrupto, violento y sin calidad moral”.

Noroña había dicho que los “paniaguados” perderán el poder en 2027, y Daniela, en lugar de entrarle con datos, resultados o estrategia, eligió el camino fácil: atacar la mansión en Tepoztlán y recordarle que “no tiene el reconocimiento de los chihuahuenses”.

El problema es que Noroña no es el enemigo. Morena sí. Andrea sí. Cruz sí. Pero en el PAN parece que no lo entienden. Y mientras se entretienen insultando a los bufones, los gladiadores avanzan en las encuestas.

Daniela intenta sostener el discurso de que Chihuahua es “tierra panista”, pero la realidad la contradice en cada encuesta. La base social del PAN ya no es tan leal. La marca no pesa como antes. Y el PAN, si quiere sobrevivir, necesita algo más que frases trilladas y ataques predecibles.

Porque, por ahora, el discurso de Noroña —exagerado, incendiario, folclórico— está más cerca de la realidad que el optimismo azul.

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