Myriam Hernández: un disfraz de justicia

Sin lugar a dudas, la jornada de ayer fue protagonizada por Myriam Hernández, quien, al frente del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua, ofreció un informe que no solo fue relevante por el contenido, sino por el momento político que atraviesa. Su evento fue una verdadera pasarela política, con la asistencia de la plana mayor de la política chihuahuense, que no dudó en respaldar su discurso. Esta cita se dio justo en el contexto de la Reforma Judicial impulsada por el expresidente AMLO, la cual contempla la elección de jueces y magistrados, un tema candente para el futuro del Poder Judicial en el estado.

En su discurso, Hernández no perdió la oportunidad de aludir a la inminente elección judicial, criticando los posibles riesgos de las reformas que, según ella, más que fortalecer el Estado de Derecho, lo debilitan. Subrayó la vulnerabilidad de la independencia judicial y denunció que organismos internacionales ya habían alertado sobre el peligro que representa atacar los tribunales como parte de un proceso político.

La gobernadora Maru Campos, presente en el evento, también dejó claro su mensaje político. “Hoy más que nunca no podemos fallarle a Chihuahua”, manifestó, haciendo énfasis en la necesidad de unidad frente a las adversidades, aunque irónicamente, su discurso chocó con la realidad de las vacantes al Poder Judicial. La mayoría de los aspirantes son cercanos al PAN y están alineados con la administración de Campos, lo que pone en duda la supuesta independencia del proceso. Pocos, si acaso, serán los juristas que logren acceder a un puesto judicial sin quedar bajo la sombra de la gobernadora, lo que refleja un escenario donde la política se inmiscuye en un área que debería ser neutral.

La Rectoría de James Barousse

La reciente toma de protesta de Cristopher James Barousse como rector de la Universidad Politécnica de Chihuahua causó revuelo, no solo por la figura en cuestión, sino por la manera en que el nombramiento parece más un acto de apadrinamiento político que una verdadera elección basada en méritos. Maru Campos, como se había adelantado, había dado su visto bueno desde la semana pasada, lo que confirmaba la influencia que tiene sobre las decisiones clave en el estado.

La historia de Barousse está marcada por controversias. El otrora niño prodigio del PRI y protegido del duartismo, fue acusado de desvío de recursos por un monto de 2.6 millones de pesos durante el gobierno de César Duarte, situación que lo llevó incluso a pasar un tiempo en prisión. Aunque fue absuelto en 2024, su reputación sigue siendo una mancha difícil de borrar.

Este nombramiento no es más que una nueva muestra del pacto de impunidad entre Maru Campos y el legado de Duarte. La conexión entre ambos es evidente, y la llegada de Barousse a la rectoría parece reforzar la idea de que los intereses políticos y las alianzas entre figuras cuestionadas del pasado continúan vigentes, algo que pone en tela de juicio la transparencia y ética de la gobernadora. Mientras se clama por una administración limpia y alejada de las sombras del pasado, la gobernadora demuestra que, al menos en la universidad estatal, no se olvidan los viejos pactos con el duartismo.

Ariadna Montiel y la obsesión por el control de las alcaldías en 2027

Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar, continúa jugando sus cartas estratégicas en la política de Chihuahua. Su último movimiento: nombrar a la exdiputada local por Morena, América García, como directora regional de Programas del Bienestar en Nuevo Casas Grandes. Montiel, quien ha dejado claro que no tiene intenciones de postularse para la gubernatura, tiene un objetivo claro: mantener el control sobre las alcaldías del estado y asegurar que las estructuras locales sigan bajo su influencia.

Desde su cercanía con Mayra Chávez, delegada del Bienestar en Chihuahua, Montiel ha venido fortaleciendo su red de apoyo, no solo para beneficio de la población, sino con una clara estrategia electoral en mente. En un contexto donde las elecciones del 2027 ya comienzan a visualizarse, Montiel parece estar posicionando a García como la candidata ideal para encabezar la lista de Morena en Nuevo Casas Grandes.

La concentración de poder de Ariadna Montiel es palpable, ya que casi todos los nombramientos federales en el estado han pasado por sus manos, lo que refuerza su influencia en el aparato estatal. Mientras las miradas se centran en el futuro electoral, Montiel asegura que sus piezas están en su lugar, con la intención de mantener las alcaldías bajo el control de Morena y, por ende, seguir consolidando su poder político dentro del estado.

La pasividad de los regidores de Morena levanta sospechas

El teatro político en Chihuahua tiene un nuevo acto digno de mención, y esta vez el escenario lo ocupa el alcalde Marco Bonilla, quien no escatimó en exhibir su más reciente obra: la inauguración del Polideportivo Luis H. Álvarez. Con una inversión millonaria de 72 millones de pesos y la participación de figuras públicas como Jared Borgetti y Paola Espinosa, la inauguración más parecía un evento de vanidad que un acto de servicio a la ciudadanía. Lo que realmente sorprendió fue el absoluto silencio de los regidores de Morena, quienes parecen haber optado por una siesta prolongada en lugar de ejercer su rol de oposición.

Lo alarmante es la pasividad de estos regidores ante lo que podría interpretarse como un derroche de recursos públicos en un evento mediático. En lugar de criticar la extravagancia de la inauguración, ni una palabra sobre la falta de transparencia en el uso del erario, ni una demanda por una rendición de cuentas adecuada. Esta actitud tan apática no es nueva, ya que el alcalde Bonilla había señalado, en noviembre de 2023, la falta de propuestas de Morena sobre temas cruciales como el relleno sanitario, lo que deja claro que la oposición en el cabildo está más preocupada por la indiferencia que por cumplir su papel de fiscalización.

La actitud pasiva de los regidores es tan evidente que ya se habla de acuerdos detrás de las bambalinas, donde hasta el presidente del consejo estatal de Morena, Hugo González, aplaude las políticas del alcalde, lo que suena más a un pacto de silencio que a una verdadera oposición.

La excepción a esta inacción es Miguel Riggs, quien, a pesar de ser un regidor reciente, ha hecho todo lo posible por alzar la voz y defender los ideales de Morena. Riggs ha sido el único que se ha opuesto abiertamente a las políticas del alcalde, buscando que se respete el bienestar de los ciudadanos y no se sigan tomando decisiones con fines electorales. Desafortunadamente, un solo lobo no hace una manada, y la falta de apoyo de sus compañeros regidores pone en evidencia lo complicado que es llevar la voz de la oposición en un cabildo donde parece que todos, salvo Riggs, se han convertido en simples espectadores de los caprichos del poder municipal.

Marco Bonilla se va de vacaciones en medio de la crisis de inseguridad en la ciudad

En un giro que refleja la desconexión del alcalde Marco Bonilla con las verdaderas necesidades de los ciudadanos, el edil decidió tomarse unas vacaciones tras la inauguración del Polideportivo Luis H. Álvarez. En un comunicado difundido en redes sociales, Bonilla explicó que iría a un torneo con su hijo, dejando en manos del secretario del ayuntamiento la responsabilidad del gobierno municipal hasta su regreso el lunes.

Lo alarmante de esta decisión es que se da en un contexto de creciente violencia y robos en la ciudad, temas que no parecen preocupar demasiado al alcalde. La falta de su presencia en momentos de crisis es una muestra de su falta de empatía con los problemas reales que enfrentan los chihuahuenses. De hecho, el descontento ciudadano hacia Bonilla ya es palpable, especialmente cuando se le ve ausente en momentos cruciales para la seguridad y el bienestar de la población.

Además, su ausencia en la sesión de cabildo, donde se toman decisiones importantes, es otro golpe a la confianza de la ciudadanía. La soberbia del alcalde lo lleva a tomar decisiones irresponsables, en un contexto donde la aprobación de su gobierno está en descenso. Ante la creciente insatisfacción y la creciente crisis de seguridad, Bonilla parece más interesado en tomarse unas vacaciones que en enfrentar la dura realidad de su gestión.