Carney se reunirá con Trump para renegociar aranceles y redefinir relación bilateral

El primer ministro de Canadá, Mark Carney, confirmó este viernes que se reunirá con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el próximo martes en la Casa Blanca, en lo que será el primer encuentro oficial entre ambos mandatarios desde el triunfo liberal en las elecciones generales canadienses.
La cita marcará el inicio de un proceso de negociación clave para ambas naciones, centrado en el levantamiento de los aranceles impuestos por Washington a productos canadienses y en la configuración de una nueva etapa en la relación bilateral, que ha sido tensionada por los recientes pronunciamientos de Trump y su política comercial agresiva.
En su primera conferencia de prensa tras las elecciones, Carney calificó la futura reunión como una instancia “difícil pero constructiva”, dejando entrever que su gobierno no está dispuesto a ceder fácilmente frente a la presión de su vecino del sur. El líder liberal subrayó que buscará defender los intereses económicos de Canadá y evitar una mayor erosión de su soberanía comercial, tras las recientes declaraciones de Trump en las que insinuó que Canadá debería ser anexado como el estado 51 de la Unión Americana.
El contexto de la cita es complejo: mientras Canadá busca fortalecer sus lazos con socios como la Unión Europea y diversificar sus exportaciones, Estados Unidos ha endurecido su postura arancelaria y ha nombrado a un embajador con claras intenciones de reestructurar los términos del intercambio bilateral. En ese marco, el encuentro del martes se perfila como un primer pulso decisivo entre dos visiones encontradas del futuro continental.
Fuentes diplomáticas apuntan a que Carney buscará desbloquear los gravámenes a sectores estratégicos como el aluminio, la madera y los productos agrícolas, que han golpeado con fuerza a las economías regionales canadienses. La delegación canadiense también llevará propuestas para restablecer mecanismos de diálogo permanente y garantizar reglas claras para los inversionistas de ambos lados de la frontera.
En paralelo, Ottawa explora alianzas multilaterales más sólidas y un mayor acercamiento a Asia y Europa, en un esfuerzo por reducir la dependencia comercial respecto a Estados Unidos. La reunión en la Casa Blanca, por tanto, no solo representa una oportunidad para desescalar tensiones, sino también para redefinir los fundamentos estratégicos de la relación Canadá–EE.UU. en un mundo donde las certezas geopolíticas son cada vez más volátiles.