Sheinbaum celebra reducción del impuesto a remesas en EE.UU., pero reitera rechazo total: “No queremos ningún gravamen”

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, celebró este miércoles la reducción de la tasa propuesta al impuesto sobre remesas del 5% al 3.2% en el paquete presupuestal aprobado en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aunque reiteró su postura firme de que no debe existir ningún tipo de gravamen sobre los envíos de dinero que realizan los migrantes mexicanos desde el extranjero.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum informó que la votación se llevó a cabo durante la madrugada y que aún queda pendiente la revisión y votación correspondiente en el Senado estadounidense. En ese contexto, agradeció especialmente la labor del embajador de México en Washington, Esteban Moctezuma, por su papel en las gestiones diplomáticas que han contribuido a suavizar la medida.
“Esta madrugada se aprobó el presupuesto en el Congreso de Estados Unidos. Todavía falta que pase por el Senado. El trabajo que hemos estado haciendo ha sido importante. Por lo pronto, la tasa de impuesto a las remesas tuvo una disminución del 5% al 3.2%. Pero hay que ser claros: no queremos que haya impuesto”, subrayó la mandataria.
El anuncio se produce en medio de una ofensiva diplomática y parlamentaria del gobierno mexicano y del Senado de la República en Washington D.C., donde una delegación plural encabezada por senadoras y senadores ha trabajado con representantes del Caucus Hispano y otros aliados del Congreso estadounidense para detener la implementación de un impuesto que, consideran, criminaliza la solidaridad de los migrantes y debilita la economía binacional.
La congresista demócrata Nydia Velázquez presentó una enmienda para eliminar por completo el gravamen, mientras que legisladores como Rubén Gallego y Mark Kelly han manifestado su respaldo a la postura mexicana. El gobierno federal ha insistido en que dicho impuesto violaría acuerdos internacionales como el T-MEC, y constituiría un acto de doble tributación.
Las remesas representan una de las principales fuentes de ingreso externo para México, con más de 63 mil millones de dólares enviados en 2024 por millones de trabajadores en Estados Unidos. Imponer un impuesto sobre esos envíos afectaría directamente a los sectores más vulnerables, como mujeres jefas de familia, comunidades rurales e indígenas, y adultos mayores.
Para Sheinbaum, más allá de su valor económico, las remesas son un acto de solidaridad familiar y justicia social que el Estado mexicano tiene la obligación de proteger. “No es justo que quienes más aportan, con esfuerzo y sin derechos plenos en el país donde viven, sean quienes terminen pagando más”, enfatizó.
El tema ahora pasa al Senado de Estados Unidos, donde se prevé una discusión más compleja y técnica. El Ejecutivo mexicano ha confirmado que continuará su estrategia de presión política, diplomática y mediática, manteniendo un enfoque respetuoso pero firme. La visita del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, a Washington esta semana forma parte de esta ofensiva para frenar completamente la medida.
En ese contexto, Sheinbaum cerró su intervención reiterando la posición del Estado mexicano:
“Seguiremos insistiendo hasta que no haya ningún impuesto. Los migrantes merecen respeto, no castigos. Son parte esencial de nuestra nación y no vamos a permitir que se les use como moneda política.”
Con la atención puesta ahora en el Senado estadounidense, la reducción parcial es vista por el gobierno como un avance diplomático relevante, aunque el objetivo final sigue siendo la eliminación total del gravamen.