

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, notificó oficialmente este lunes a Japón y Corea del Sur la imposición de aranceles del 25 % a todas las importaciones procedentes de ambos países a partir del 1 de agosto, en una medida que busca, según el mandatario, corregir desequilibrios históricos en la balanza comercial estadounidense.
Mediante cartas enviadas a los líderes de ambas naciones —el primer ministro japonés Shigeru Ishiba y el presidente surcoreano Lee Jae-myung— y publicadas en su red Truth Social, Trump advirtió que estos gravámenes podrían duplicarse si Tokio o Seúl responden incrementando sus propias tarifas a los productos estadounidenses. “Nuestra relación está lejos de haber sido recíproca”, afirmó el mandatario republicano.
El texto, idéntico en ambas misivas, señala que Washington ha sido “paciente” durante años con políticas comerciales que han derivado en déficits persistentes. La decisión marca el fin de esa indulgencia y un giro hacia lo que Trump define como “justicia económica” para la industria estadounidense.
Trump precisó que los bienes que intenten evadir estas tarifas utilizando terceros países como tránsito también serán gravados, y reiteró que las compañías que deseen evitar estos costos pueden instalarse en territorio estadounidense, donde recibirán apoyo para establecerse.
La advertencia se enmarca dentro de una ofensiva arancelaria más amplia. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ya había anticipado que los países que no firmen acuerdos comerciales con Estados Unidos antes del 1 de agosto enfrentarán la reactivación de los llamados aranceles “recíprocos”, anunciados originalmente en abril.
El ultimátum comercial del mandatario estadounidense representa un nuevo episodio en su estrategia de presión bilateral para forzar condiciones más favorables para su país. Tanto Japón como Corea del Sur, importantes aliados estratégicos y tecnológicos de Estados Unidos, deberán decidir en las próximas semanas si ajustan sus posturas comerciales o se enfrentan a una guerra arancelaria de consecuencias imprevisibles.
La decisión, aunque no inesperada, complica aún más el escenario económico internacional, ya sacudido por tensiones con China, advertencias a los BRICS y amenazas de nuevos aranceles generalizados. Todo ello en un contexto preelectoral donde Trump parece apostar por el proteccionismo como bandera de su agenda internacional.
Ask ChatGPT